Santiago Peña asume la Presidencia en poco más de dos semanas. En los últimos días de la transición, la construcción de poder y la agenda del nuevo Gobierno, tanto a nivel discursivo como práctico, se ha ido revelando con las paradojas propias de la consolidación del poder.
El presidente electo Santiago Peña transita los últimos días previos a su asunción a la primera magistratura paraguaya enfocado en terminar de elegir a los miembros de su gabinete y a exponer las políticas públicas que se propone impulsar desde el Palacio de López.
El mismo día en el cual Peña señaló que “Paraguay no va a subir impuestos”, sus aliados en el Congreso optaron por blindar a un militante de Honor Colorado, el diputado Hernán Rivas, en su cargo al frente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, quien ha protagonizado un cúmulo de escándalos, que alcanzaron un punto álgido con la renuncia del vicepresidente segundo del JEM y presidente del Consejo de la Magistratura, Oscar Paciello. Argumentó que la conducta de Rivas afecta la imagen institucional del órgano encargado de juzgar el actuar de jueces, fiscales y defensores públicos.
Rivas pidió 15 días para aclarar los cuestionamientos hacia él, como el haber ocultado a la Contraloría General de la República (CGR) múltiples bienes. Su esposa fue hasta hace poco funcionaria de la CGR, y su crecimiento patrimonial, con un salario mensual de 5 millones de guaraníes, fue expuesto en tapas de los principales medios de comunicación esta semana. Ella tampoco incluyó en su declaración jurada la casa familiar, construida en pandemia. Paciello, al hablar de su renuncia, señaló: “No existe eso de denme 15 días”.
El actual presidente del JEM rectificó su declaración jurada de bienes tras los primeros escándalos, el jueves 20 de julio, pero medios de comunicación y exponentes de la oposición aseguran que en la nueva versión tiene todavía más inconsistencias. La Contraloría anunció que examinará las declaraciones juradas de Rivas.
En este contexto, la bancada de la oposición en el Senado presentó un proyecto de declaración para que la Cámara Alta instara a Hernán Rivas a renunciar de la Presidencia del JEM. Sin embargo, en otra muestra de su mayoría absoluta, las bancadas coloradas y sus aliados –opositores llamados “satélites” por los principales medios, por su continuo alineamiento con las posturas cartistas– enviaron al archivo la propuesta, protegiéndolo.
Santiago Peña reveló en los últimos días más integrantes de su gabinete. En Petropar, anunció que designará a Eddie Jara, quien ya ocupó el cargo durante el gobierno de Horacio Cartes y luego se desempeñó como gerente del emblema privado de Cartes. Indicó que nombrará jefa de Gabinete a la exministra de Hacienda de HC, Lea Giménez, y al frente de las binacionales estarán Justo Zacarías, como titular de Itaipú, y el diputado cartista Luis Benítez al frente de Yacyretá.
Varios miembros de la oposición señalan que las designaciones, como la de Jara al frente de Petropar, y de Carlos Fernández Valdovinos, expresidente del BCP y exgerente del banco de la familia Cartes, al frente del Ministerio de Hacienda, representan una violación de la Ley de Conflictos de Intereses promulgada por Mario Abdo Benítez y proyectada por exponentes de la oposición en el anterior periodo legislativo.
Según Armindo Torres, director de Declaraciones Juradas de la Contraloría General de la República, “no podemos decir que existe conflicto de intereses con los ministros de Peña porque todavía no asumieron el cargo, como tampoco feneció el plazo para presentar sus DDJJ”.
Otra designación polémica fue la de Tadeo Rojas al frente de Desarrollo Social. Rojas fue ministro del Interior de Horacio Cartes y fue destituido por el entonces mandatario luego del “Marzo paraguayo”, cuando la Policía asaltó la sede del principal partido de oposición, el Partido Liberal Radical Auténtico, y un agente asesinó a Rodrigo Quintana.
La semana pasada, Peña decidió que el profesional anunciado para llevar adelante su política sanitaria, el doctor Felipe González, no sería ministro de Salud.
Los nombramientos y anuncios de políticas públicas de Peña, y el contexto político denotado en las posturas del oficialismo en el Congreso, se pueden leer como una muestra de la puja que se dará en el Palacio de López durante los próximos cinco años para equilibrar cupos políticos y avanzar en la agenda esbozada por el futuro mandatario.
Más allá del poder que Peña ostentará en el palacete presidencial, la mano de Horacio Cartes se viene sintiendo con fuerza en cada decisión de peso revelada por el economista.